Guías consolidadas

5.2.3. Consideraciones relativas a la puesta en práctica

Una consideración primordial de la ejecución es la administración del esquema de intervención con las dosis correctas de los fármacos incluidos, utilizando las presentaciones adecuadas para pacientes pediátricos disponibles en la actualidad, con DFC cuando sea posible. El esquema incluye isoniacida, rifampicina, pirazinamida y etionamida y se administra de la siguiente manera:

5.2.2. Consideraciones relativas a los subgrupos

Población infantil con infección por el VIH. La mayoría de los estudios de la revisión se limitó a la población infantil seronegativa frente al VIH. Los pacientes seropositivos representaron una pequeña proporción de los casos con meningitis por TB en general y todos recibieron el esquema de intervención. En los tres estudios incluidos en la revisión de la evidencia que utilizaban el esquema de intervención se encontraban 11 casos con infección por el VIH (de un total de 724 casos).

5.2.1.Justificación y evidencia

Después de la infección por M. tuberculosis, la población infantil de corta edad corre un riesgo alto de evolución hacia las formas más graves de la enfermedad, de las cuales la más mortífera es la meningitis por TB. Esta forma afecta principalmente a este grupo etario, con una frecuencia máxima de inicio entre 2 y 4 años (2).

5.2. Esquemas de tratamiento de la meningitis por TB en la población infantil y adolescente

Recomendación

En la población infantil y adolescente con meningitis por TB confirmada bacteriológicamente o diagnosticada mediante criterios clínicos (sin presunción ni prueba de TB‑RR/MDR), se puede usar un esquema intensivo de seis meses (6HRZEto) como alternativa al esquema de 12 meses (2HRZE/10HR)
(Recomendación condicional, evidencia de certeza muy baja).

Observaciones

5.1.4. Seguimiento y evaluación

Los requisitos de seguimiento clínico del esquema acortado permanecen iguales a los del esquema de seis meses y los resultados del tratamiento se determinan al final del esquema de cuatro meses.

Si no hay una mejoría clínica suficiente después de completar el esquema de cuatro meses, el médico puede decidir prolongar el tratamiento hasta seis meses y al mismo tiempo considerar otros diagnósticos posibles, incluida la TB‑DR.

5.1.3. Consideraciones relativas a la puesta en práctica

Apreciar la gravedad de la enfermedad. Se reconoció que la factibilidad de valorar la gravedad de la enfermedad por TB, sobre todo en los entornos sin acceso a la radiografía de tórax o capacidad para interpretarla y sin las pruebas de diagnóstico recomendadas por la OMS, es un aspecto importante en materia de ejecución. El Grupo de Elaboración de las Directrices reconoció la radiografía de tórax como una herramienta primordial en la valoración de la gravedad de la enfermedad intratorácica.

5.1.1. Justificación y evidencia

En los pacientes pediátricos, la mayoría de las formas de enfermedad por TB son menos graves que en la población adulta. Los esquemas de tratamiento, que son más cortos que los esquemas de los adultos, pueden ser eficaces para tratar a la población infantil con TB; sin embargo, hasta la fecha no se cuenta con una evidencia firme que lo respalde.

5.1. Acortamiento del tratamiento dirigido a la población infantil y adolescente con formas de TB farmacosensible que no son graves

Recomendación:

En la población infantil y adolescente de 3 meses a 16 años con una TB que no es grave (sin presunción ni prueba de TB‑RR/MDR), debe usarse un esquema de tratamiento de cuatro meses (2HRZ(E)/2HR).
(Recomendación firme, evidencia de certeza moderada)

Observaciones