Manuales operativos

7.4.4. Aprendizaje, competencias, educación, habilidades y aptitud para el empleo

La población adolescente sufre interrupciones en su proceso educativo debido a la TB y su tratamiento. El tiempo necesario para el apoyo al tratamiento basado en un establecimiento puede interferir con la educación y la necesidad de educación puede, a su vez, alterar la vinculación con los servicios de TB. La interrupción o los retrasos en la educación pueden agravarse por el aislamiento o la hospitalización prolongados.

7.4.3. Seguridad y entorno propicio

La población adolescente con TB puede percibir amenazas a sus derechos humanos, incluidos el derecho a la seguridad, las necesidades básicas, el acceso sin discriminación a la atención de salud, la protección contra una hospitalización innecesaria y el derecho a beneficiarse con los progresos científicos. Los adolescentes y sus familias pueden sufrir consecuencias económicas catastróficas, pérdida de ingresos e inseguridad alimentaria a causa de la TB y su tratamiento.

7.4.2. Vinculación y contribución positiva a la sociedad

El aislamiento y la hospitalización prolongados tienen consecuencias psicosociales y emocionales importantes en la población adolescente, para la cual las relaciones entre pares y familiares son fundamentales desde el punto de vista del desarrollo. La estigmatización generada por la TB mengua el bienestar y la capacidad de los adolescentes a vincularse con los servicios de TB. Las relaciones familiares y entre pares pueden, a su vez, encontrarse interrumpidas o tensas por el aislamiento, la separación o los efectos de la estigmatización.

7.4.1. Salud física y mental

La población adolescente corre el riesgo de contraer la infección por TB, de progresión hacia la enfermedad por TB y pérdida durante el seguimiento de la atención de la TB. Hay adolescentes con TB‑MDR o con coinfección por TB/VIH que afrontan un riesgo particular de resultados desfavorables del tratamiento, incluida la muerte. Los efectos adversos del tratamiento de la TB, sobre todo del tratamiento de segunda línea, tienen una repercusión negativa sobre la adhesión, la estigmatización, la salud mental y la calidad de vida.

7.3.3. Cuidados paliativos dirigidos a la población infantil y adolescente con TB

Los cuidados paliativos dirigidos a la población infantil con TB son semejantes a los que se prestan a la población adulta, pero se aplican a las necesidades específicas de este grupo etario. Si bien la definición y los principios de los cuidados paliativos descritos arriba son pertinentes durante toda la vida, los cuidados paliativos pediátricos exigen prestar atención a los fenómenos físicos, de desarrollo, psicosociales, éticos, espirituales y relacionales, que son exclusivos de la población infantil y sus familias y cuidadores (203). Deben tenerse en cuenta los siguientes aspectos:

7.3.2. Cuidados paliativos dirigidos a las personas con TB

Los cuidados paliativos dirigidos a las personas con TB no han recibido la atención que merecen, ya que el centro de interés ha sido el acceso al tratamiento curativo. Los cuidados paliativos tienen como objetivo aliviar el sufrimiento causado por la enfermedad y la dolencia y deben proporcionarse junto con el tratamiento curativo. Aunque la TB es curable, la TB‑RR/MDR (incluidas la TB pre‑XDR y la TB‑XDR) es un problema cada vez mayor en muchos países con carga de alta TB e ingresos bajos y medianos y en este grupo se notifican resultados más desfavorables del tratamiento.

7.2.2.1. Atención de la TB congénita y neonatal

El tratamiento de la TB congénita y la TB neonatal es el mismo. La decisión de ajustar las dosis debe estar a cargo de un médico con experiencia en la atención médica de la TB pediátrica. Se debe llevar a cabo una evaluación completa de la madre y el neonato. Se debe realizar una radiografía de tórax y obtener las muestras apropiadas para Xpert® MTB/RIF o Ultra a fin de confirmar el diagnóstico de TB en el neonato (véase el capítulo 4).

7.2.2. TB congénita y neonatal

La TB congénita es una enfermedad por TB adquirida en el útero por diseminación hematógena a través del cordón umbilical o en el momento del parto por aspiración o ingestión de secreciones cervicovaginales o líquido amniótico contaminados. La TB congénita suele aparecer en las primeras tres semanas de vida y tiene una tasa de mortalidad alta. La TB neonatal es la TB adquirida después del nacimiento por exposición a una persona con TB contagiosa (en general la madre, pero a veces otro contacto directo). A menudo es difícil distinguir entre la TB congénita y neonatal.

7.2.1. Tamizaje de la TB en las embarazadas con infección por el VIH

Las embarazadas con infección por el VIH son un grupo clave de la población, dada la depresión del sistema inmunitario de la madre y la importancia de proteger la salud del feto. El tamizaje de la TB en este grupo debe integrarse con la prevención de la transmisión maternoinfantil y la atención prenatal. En el cuadro 7.4 se presenta una visión general de la precisión diagnóstica de las diferentes herramientas de tamizaje (13).