Manuales operativos

2.1 Diagnóstico de la TB y pruebas de sensibilidad a fármacos

Para diagnosticar la TB pulmonar y extrapulmonar en todos los grupos de población, se recomienda firmemente utilizar pruebas moleculares rápidas innovadoras en lugar de los métodos de baciloscopia y cultivo de esputo, ya que con las pruebas rápidas se pueden obtener resultados el mismo día (4). Algunas pruebas innovadoras también proporcionan resultados sobre la sensibilidad a la rifampicina (R), la isoniacida (H) y las fluoroquinolonas (FQ), lo que permite confirmar rápidamente el diagnóstico y asignar el tratamiento de forma oportuna y eficaz.

1. Introducción

Este manual operativo sobre el tratamiento de la TB farmacosensible (TB-DS) complementa la publicación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Directrices unificadas de la OMS sobre la tuberculosis. Módulo 4: Tratamiento. Tratamiento de la tuberculosis farmacosensible (1). En él se ofrecen consejos prácticos basados en las mejores prácticas y conocimientos de campos como la farmacocinética, la farmacodinámica, la microbiología, la farmacovigilancia y el manejo clínico y programático.

Uso de corticoesteroides adyuvantes en el tratamiento de la meningitis y la pericarditis por TB

  1. En pacientes con meningitis por TB, se debe usar un tratamiento adyuvante inicial con corticoesteroides como la dexametasona o la prednisolona, cuya dosis se reduce poco a poco hasta suspenderlo en un plazo de seis a ocho semanas.
    (Recomendación firme, evidencia de certeza moderada)
  2. En los pacientes con pericarditis por TB, se puede usar un tratamiento adyuvante inicial con corticoesteroides.
    (Recomendación condicional, evidencia de certeza muy baja)

5.4 Participación del sector privado en la atención de la TB

En muchos países con una carga alta de TB, la mayoría de las personas acude a prestadores privados no vinculados al sistema público de atención de salud para solicitar tratamiento (86). Los prestadores privados de atención de salud son un punto de entrada a la atención y el tratamiento de la TB (86-88). Sin embargo, las personas con TB pueden no recibir servicios de TB de buena calidad si el programa nacional de TB no coopera con el sector privado.

5.3 Modelos de prestación de servicios para personas con TB, infección por el VIH y enfermedades concomitantes

Los modelos de prestación de servicios para las personas con TB y enfermedades concomitantes van desde los menos integrados, donde prestadores independientes, específicos de una enfermedad, derivan a los pacientes a los servicios especializados pertinentes según las enfermedades concomitantes, hasta los modelos más integrados, donde todos los servicios a lo largo de toda la secuencia asistencial para la TB y las principales afecciones concomitantes se prestan en una “ventanilla única” a cargo de un mismo trabajador de la salud (83, 84).¹⁰ Los servicios pueden prestarse en diferente

Tratamiento de la TB farmacosensible y tratamiento antirretroviral (TAR) en personas con infección por el VIH

  1. Se recomienda que los pacientes con TB e infección por el VIH reciban un tratamiento para la TB cuya duración sea, como mínimo, igual a la duración del tratamiento de los pacientes con TB y sin infección por el VIH.
    (Recomendación firme, evidencia de certeza alta).
  2. El TAR debe iniciarse cuanto antes en las 2 semanas siguientes al inicio del tratamiento de la TB en las personas con infección por el VIH, independientemente del recuento de linfocitos CD4.

5.2. Modelos descentralizados, integrados y centrados en la familia para la atención de la TB en la población infantil y adolescente

En los países con una carga alta de TB, la capacidad para tratar la enfermedad en la población infantil y adolescente suele estar centralizada en el nivel de atención terciaria o secundaria, en lugar de prestarse de manera descentralizada en el nivel la atención primaria, que es donde por lo general este grupo de la población acude en busca de atención cuando presenta TB o ha estado expuesto a la enfermedad (67, 68). La gestión de la atención en los niveles superiores del sistema de salud suele ser vertical y no integrada.